Los secretos del climatizador automático del coche
El climatizador automático es un plus frente al aire acondicionado porque regula automáticamente el caudal del aire y la temperatura.
Además de considerarse un elemento de confort en el habitáculo, es un elemento de seguridad.
La temperatura del habitáculo por encima de los 25º es peligrosa. Conducir con una temperatura tan elevada aumenta el tiempo de respuesta del conductor en un 20%, por lo que se debe mantener una temperatura de entre 18º y 22, tratando de estar entre 5 y 8º más caliente en los pies que en la cabeza.
Se debe dirigir el caudal de aire caliente desde los pies e ir subiendo progresivamente, no dirigir las toberas de ventilación directamente al pecho y la cabeza. Este es uno de los principales errores en el uso del climatizador automático, que puede interferir en el detector de atención del conductor como un síntoma de cansancio.
La temperatura que aparece en las pantallas de climatizado no es real. Se trata de un índice condicional de comodidad que los fabricantes tienen en cuenta durante el desarrollo del vehículo. De ahí que esta temperatura varía según marcas.
El sistema se puede controlar por sí mismo, por lo que se recomienda señalar una “temperatura” y activar el botón Auto, además de abrir todos los aireadores, cerrar ventanillas. El propio sistema se encargará de repartir el aire frío por todo el habitáculo de la manera más eficiente posible, hasta alcanzar el índice condicional de comodidad deseado.
Actualmente, los climatizadores disponen de sensores de radiación solar. Se encargan de medir la temperatura exterior y la incidencia de los rayos solares. Junto con el sensor que mide la temperatura interior, el climatizador automático ajusta la temperatura.
Hay sensores que miden la calidad del aire, el contenido de dióxido de carbono en la cabina, etc.
Te habrás dado cuenta que cuando diriges el aire a la zona de los pies, todavía sigues notando un pequeño flujo de aire frío o caliente por las toberas centrales. Esta es la cuestión de la seguridad, en la que entre un 10 y un 20% del aire se dirige a las salidas de los extremos y al que hay bajo el parabrisas, evitando que los cristales se empañen.
Fuente: Motor.es